"La cruz, el gran símbolo del cristianismo, se ha transformado de instrumento de castigo ignominioso en un estandarte glorioso de victoria. Existen ateos llenos de valor dispuestos a sacrificarse por la revolución: están dispuestos a abrazar la cruz, pero sin Jesús. Entre los cristianos existen «ateos» de hecho que quieren a Jesús, pero sin la cruz. Ahora bien, sin Jesús la cruz resulta insoportable y sin la cruz no se puede pretender estar con Jesús. Abracemos la cruz y abracemos a Jesús y con Jesús abracemos a todos nuestros hermanos que sufren y son perseguidos."
Zen Ze-Kiun, mártir de la Iglesia, santa, inmaculada y hermosa Esposa de Cristo.
recemos por la conversión del Cardenal Ber-Gog a la fe Católica.